Su relación con otras personas no era muy abierta, vivía en su propio mundo y no empezó a decir sus primeras palabras hasta muchos años después y no resulta extraño que sus primeras palabras, cuando tenía cinco años, fueran "papel" y "lápiz". Sin embargo, desarrolló un don para el cual tenia una habilidad especial: el dibujo.
Y fue este, el que le permitió comunicarse con los de su alrededor antes de dominar el lenguaje.
Las imágenes principales de sus dibujos trataban sobre ciudades después de un terremoto y coches. Pronto, sus dibujos comenzaron a hacerse famosos gracias a su participación en un programa de televisión sobre autistas con habilidades especiales. Pero lo que más llamaba y llama la atención no es la calidad o el estilo de su dibujo, sino su impresionante memoria fotográfica. Después de haber visto una panorámica de un edificio, de una ciudad o cualquier paisaje, es capaz de dibujarlo de memoria con una exactitud asombrosa.
Entre los retos en los que ha participado destacan:
El dibujo panorámico de Roma (de memoria), en el que empleó varios días, después de haberla contemplado desde el aire gracias a un helicóptero y el dibujo panorámico de Tokio de la misma forma que hizo con Roma.
Si te has quedado con ganas de más, siempre puedes visitar la página web de Stephen: Stephen Wiltshire.
Y disfrutar de la extensa galería de imágenes: Galería .
Son personas como Stephen las que nos hacen recordar lo poco que sabemos acerca del funcionamiento del cerebro humano y lo que aún queda por descubrir.
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